Demonios Personales (ADAPTACIÓN)

Reikamoon escribió:

Alicia CH escribió: noo yo no le decia loca a reikamon! D: gomen u.u

Shinpai shinai de!

Bitch!

…ƒαитαsία ч яӘαℓı∂α∂…

WTF?? se te va la olla xD

xDDDDDDD puajajajajajajajajajaja me gusta esa expresion se me fue la hoya!! puajajajajaja e.e le pondre correa

Alicia CH escribió:xDDDDDDD puajajajajajajajajajaja me gusta esa expresion se me fue la hoya!! puajajajajaja e.e le pondre correa

jajajajaja me ha hecho gracia tu frase. jajajajajaj creo que reírse tanto es malo xD

no piensas subir o que? ¬¬

Alicia CH escribió:no piensas subir o que? ¬¬

tengo problemas con el internet, estoy escribiendo esto en casa de una amiga subiré en cuanto pueda

Capítulo 17

Narra Tom
Entonces vuelve Julie. Me roza el codo y un hormigueo atraviesa todo mi cuerpo.

-¿Listo? -me dice.

-Sí, vamos. -Coloco las yemas de los dedos en la parte baja de su espalda y la guío por el pasillo. Él necesita hacer trampas, yo no. No me hace falta el poder, sólo el encanto.

Narra Julie
Respiro profundamente e intento aclarar mis ideas. Bill es deslumbrante, supongo. Estiro el cuello y, a través de la nube de humanidad, le veo apoyado contra las taquillas, observándome. Joder, ¿cómo puede ser alguien tan guapo? Respiro contra la palpitación de mi pecho, y me giro hacia Tom, que también es realmente guapo.

-¿Qué tal la clase de matemáticas? -pregunto, ignorando las feromonas que inundan el ambiente, procedentes de todas las chicas que miran a Tom mientras avanzamos como podemos por los pasillos. Tengo que hacer un esfuerzo para no girarme y volver a mirar a Bill. En lugar de eso, me concentro en los dedos de Tom, que me queman la espalda y me ponen caliente en lugares que no deberían.

Él levanta una ceja.

-Creo que soy la mascota de Felch. Le gusto.

-¿En serio? Ya sabía yo que había algo muy raro en ti. - Intento fruncir el ceño, pero la sonrisa que siento en mi cara arruina el efecto. Lo siguiente que siento es a Taylor casi tirándome al suelo cuando me embiste por detrás.

-¿Lo has visto? ¡Bill está aquí! ¡Madre mía! -grita.

Miro a Tom a tiempo para ver que sus ojos se encienden junto con su genuino ceño fruncido.

-Sí, es mi compañero en el laboratorio de física. -Me sorprende el tono posesivo de mi voz. Por desgracia, no se le pasa a ninguno de los dos. La mandíbula de Tom se tensa mientras Taylor me mira fijamente.

-¿Es tu compañero de laboratorio? -Le lanza una mirada a Tom y su voz se agria-. El universo es muy injusto.

Yo, simplemente, me encojo de hombros.

-Hablaré contigo en la comida -me dice mientras se marcha.

-Vale... eh... bien -digo.

Una sonrisa maliciosa se dibuja en la cara de Tom.

-Creo que deberías hacer que salieran juntos.

-Ya veremos. -Atravieso la puerta del aula de historia, donde el señor Sanghetti levanta la vista y le lanza a Tom su habitual mirada asesina.

Tom me mira a mí con una sonrisa irónica mientras nos sentamos. Se saca una bola de papel del bolsillo trasero y la lanza sobre su mesa.

Yo lo miro con incredulidad.

-¿Ese es tu trabajo?

Él me dirige una mirada pícara y se echa hacia atrás en su silla, entrelazando los dedos detrás de la cabeza.

-Sí.

Sintiéndome superior, meto la mano en mi mochila para sacar mi trabajo, con sus aseada cubierta de plástico. Pero mi cara pierde todo su color cuando me doy cuenta de que no está allí. Esta mañana, mientras no hacía otra cosa que pensar en Tom y en Bill, me lo dejé en la mesa de mi habitación. ¡Mierda! Este profesor no acepta excusas.

-Sé que los trabajos eran para hoy -dice el señor Sanghetti- pero después de la clase tengo una reunión y no quiero tener que cargar con ellos. Entregádmelos mañana.

.........

Cuando se termina la clase, Tom y yo nos levantamos de la mesa. Tom se dirige a la mesa del señor Sanghetti y le deja su trabajo-bola de papel.

-Te va a poner un cero, ¿sabes?

Tom levanta una ceja.

-¿Por entregarlo antes de tiempo? A ver si se atreve.

-Ya, bueno.... Por cierto, ¿cómo es que sabes tanto de historia?

-El canal de historia -dice, quitándole importancia.

-Debes de verlo mucho, porque de la manera que hablas, es como si hubieras estado allí.

Vuelve a mostrar una de sus sonrisas misteriosas.

-¿En serio? Quizás estuve en otra vida.

Y yo empiezo a hacerme preguntas. Porque hay algo raro en Tom...

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CONTINUARÁ
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Lo sé, lo sé. He tardado mucho en subir y lo siento muuuuuuuucho.
También sé que el capítulo es corto. Matadme, si queréis.

Capítulo 18

Narra Tom
Julie y yo entramos en la cafetería y mi estómago empieza revolverse como siempre, pero esta vez no tiene nada que ver con la comida. Bill está en mi sitio, delante de Taylor y de Riley. Cierro los ojos, esperando que cuando los abra se haya ido, que sea un producto de mi imaginación. Pero no, sigue ahí, resplandeciente y de carne y hueso. Pienso en utilizar mi poder contra él, quizás romper la silla en la que está sentado y hacerle caer de culo, pero un golpecito no le hará nada. Siento que la electricidad chisporrotea en mi puño apretado, que está empezando a ponerse rojo, y guardo mi poder antes de que alguien la vea.

Los ojos de Julie se iluminan, luego me mira, se encoge de hombros, y avanza hasta nuestra mesa; deja la mochila en el suelo y se sienta en la silla al lado de Bill. Acerca la silla a la de él, demasiado cerca.

Él me dirige una mirada triunfal y le pone la mano en la espalda. En un instante estoy allí, apartándole la mano. Me siento en la silla que hay al otro lado de ella, más cerca de lo que haría normalmente. Tendré que arriesgarme a que mi calor sea demasiado para ella. Si no lo hago, el tramposo de Bill la tendrá marcada antes de que acabe de comer.

Taylor y Riley están sentadas juntas. Por lo menos son una cierta distracción. Eso me será útil.

-Voy a por la comida. ¿Alguien más tiene hambre? -dice Julie, y veo que su pie sale disparado y golpea la rodilla de Taylor.

-¡Ah! Sí, voy -dice Taylor, y coge a Riley por el brazo. Las tres andan hacia la cola y, durante todo el camino, Taylor no para de mirar hacia atrás por encima del hombro.

Yo fulmino a Bill con la mirada.

-Tienes que acabar con esto. Causarás daños importantes.

-Es la guerra, Thomas. Todo vale.

-No me llames Thomas, William. Entonces, ¿tu equipo está dispuesto a saltar se las normas? Porque no es típico de vosotros.

-¿Me vas a dar lecciones de moralidad? -Se ríe, una carcajada fuerte y sarcástica-. Oh, esto es muy especial. Además, no me estoy saltando ninguna norma.

-Técnicamente quizás no, pero no quiero que le pase nada a Julie -"Sí... ya. Por eso intento llevármela al Abismo, para que tenga una eternidad de dolor y tortura."

Obviamente, él también se da cuenta de lo absurdo que suena eso, porque se me queda mirando un minuto muy largo antes de contestar:

-¿Sabes? Te creo. Vaya. -Sigue mirándome y yo le devuelvo la mirada.

Julie deja la bandeja encima de la mesa haciendo ruido con los cubiertos de metal y se sienta en su silla entre Bill y yo, rompiendo nuestro pulso de miradas.

-¿Qué, chicos, os estáis poniendo al día? -dice con simpatía, como si no fuera obvio que Bill y yo nos arrancaríamos la cabeza si se presentara la oportunidad-. ¿Cuánto tiempo decís que hacía que no os veíais?

"Cuatro siglos"

-Un tiempo -digo yo, volviendo a mirar a Bill.

Riley se unen a nosotros con un espectáculo de ruido de bandejas, pestañeos, relamidas de labios y sacudidas de pelo.

-Oye, Bill -dice Riley, empujando a Taylor con el hombro para poder colocarse mejor delante de él-, ¿de dónde eres?

Bill la mira y sonríe.

-Del Cielo -contesta. Es obsceno cómo brilla cuando lo pone en marcha. Cualquiera que lo viese de cerca se daría cuanta de que ese resplandor es algo más que su brillante personalidad.

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CONTINUARÁ
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Capítulo 19

Narra Tom
Taylor le pega con el codo a Riley y murmura:

-No me digas. -Antes de mirar radiante a Bill y preguntarle-: El cielo, ¿dónde? ¿Es como, Montana o algo así?

Bill asiente con la cabeza, sin dejar de reír.

-Algo así.

Taylor y Riley se ven un poco aturdidas, obviamente, la distracción es el plan ya que los ángeles no pueden mentir.

-Así que te fuiste del cielo directamente al Infierno.-Taylor se ríe.

La mirada de Bill se dispara hacia mi.- ¿El infierno?-dice, estrechando sus ojos.

Taylor se inclina sobre la mesa.-Sí, instituto Hades… ¿lo entiendes?

Se mueve en su asiento y apoya un brazo sobre el respaldo de la silla de Julie, mirándome con una media sonrisa sardónica en el rostro.

–Eso es jugar en casa.

Julie se desplaza cerca de él, y siento mi subida de tensión. Respiro de nuevo y me inclino hacia ella.

-¿Quieres quedar el domingo? Podemos trabajar en las próximas líneas de ingles -digo con mi voz baja y persuasiva al oído.

-Lo siento, tengo la iglesia y luego me voy a casa de mi abuelo. ¿Qué tal el sábado?

Yo debería haberlo sabido, pero aun así duele. Bill estaba hablando con Riley y Taylor, pero veo su sonrisa ampliarse, añadiéndose al dolor. Hijo de puta engreído. Vierto mi encanto, sin poder, sin embargo. - ¿No puedes perder un domingo?

Ella sonríe como disculpándose.-Nunca has conocido a mis padres, pero estoy seguro de que has visto en la televisión: ¿el Papa y la Madre Superiora?

-Eso es malo, ¿huh?

-En realidad, no. Ellos realmente no son tan malos.

La risa de Bill se ensancha.


Narra Julie
¿Como explicar? No es que me den vergüenza ni nada. Conozco a un montón de chicos de diecisiete años de edad que no hacen más que quejarse de sus familias. En su mayor parte, la mía está bien. Solamente que es muy religiosa. Pero yo soy una especie de oveja negra.

-Digamos que no siempre estoy a la altura de sus elevados estándares morales.

Una sonrisa se extiende por la cara de Tom y dispara una mirada por encima de mi hombro a Bill.- Me gusta cómo suena eso.

Ahora mi cara se está quemando.

- No es realmente tan interesante. Mis hermanas acaban de hacer un mejor trabajo acatando las reglas que yo.

Las cejas de él se levantan.

-¿Mary, Mary, Mary y Mary?

Es un idiota.

-Sí.

-¿Son mayores o menores?

-Dos mayores y dos menores.

-No he visto a nadie que se te parezca por estas aulas.

-Mis hermanas no vienen aquí.

-¿En serio…?

Así que, aquí es donde ese pone embarazoso. Taylor me sonríe a través de la mesa, y siento que me patea por debajo de ella. Perra.

Apuñalo un tomate cherry con el tenedor, enviando un chorro de jugo de tomate y semillas en un charco viscoso en la mesa de color vomito.

-Fui como echada de la Escuela Católica.

Se ríe a carcajadas. -Oh… definitivamente me gusta cómo suena eso. -Su sonrisa es del tipo que pone mi corazón a farfullar un poco, y sus ojos se dirigen a Bill.

-No es tan malo como parece, de verdad -le digo a la defensiva-. Solo unas pequeñas cosas, pero ellos tienen esta cosa de la tolerancia cero.
Taylor no pudo contenerse.

-Ella es una objetora de conciencia.

Tom me mira.

- ¿Para la guerra?

-Para la religión católica. Hacia demasiadas preguntas en clase de religión—Dice Taylor.

Levanta una ceja.

-¿Sobre?

Miro a Taylor.

-Nada.

-Yo sinceramente dudo que echen a los estudiantes de la escuela por preguntar “nada”.

-Solamente tuve algunas preguntas acerca de Dios.

Se inclina hacia mí con atención, el codo apoyado en la rodilla, y sus ojos arden.- ¿De verdad lo crees? ¿Toda la cosa de Dios?

Me imagino a Matt en su ataúd: No en la forma en que realmente se veía, estoy segura, porque nunca lo vi. Estaba demasiado enferma para ir al velorio o funeral. La imagen que me persigue es la que vi en mi cabeza antes de que cayera. Empujo hacia atrás la imagen, junto con la tristeza insondable que está tratando de salir del pozo profundo donde la mantengo bajo llave, y trato de imaginar esa cara de siete años de edad, ahora, a los diecisiete años.

-Todavía estoy tratando algunas cosas.-Las palabras pasan por mi apretada garganta, sonando un poco ahogada. En realidad, lo único en lo que estoy trabajando es como decir la verdad en voz alta. No hay Dios. No puede ser. Porque si no tendría que odiarlo. Es más fácil no creer.

-¿Tú crees? –interviene Bill, como si leyera mi mente.

Lo miro.

-No tienes idea en lo que creo.

Toma mi mano y traza con sus dedos mi línea de vida, y un escalofrío recorre mi columna vertebral.

-Tengo una idea o dos -dice con sus ojos mirando los míos. Y de repente estoy segura que está viendo a través de mí, viendo todo. Arrastro la respiración y miro hacia otro lado, a Tom.

La preocupación oscurece su rostro brevemente, pero se borra con la misma rapidez. Luego pregunta:

-¿Y el otro lado? -Con un destello de sus ojos y la anticipación en todo su rostro -¿No crees en el diablo? ¿El infierno?

Lo miro directamente a los ojos.

-Sí.

Bill suelta mi mano.-Bueno, eso es difícilmente justo.-Oigo la risa en su voz, pero no me vuelvo a mirarlo, porque no voy a arriesgarme a ser capturada por esos ojos de nuevo.

Los ojos de Tom tienen una llamarada de color rojo, y su sonrisa se ensancha a medida que se relaja en su silla, cubriendo con un brazo la espalda mía.

-Excelente. ¿Así que quedamos para el sábado? ¿Mi casa?

Mmm… esa sonrisa me esta matando. Pero más vale prevenir que curar. -¿Qué hay de mi casa?

-¿Con el Papa, la madre Superior, Mary, Mary, Mary y Mary? suena divertido -dice.

Ruedo los ojos.-Sí, un montón de diversión.

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CONTINUARÁ
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Capítulo 20

Narra Tom
Me siento en el suelo de mi oscuro piso golpeando la pared con la parte posterior de mi cabeza y miro a los murciélagos que vuelan en el crepúsculo más allá de mi ventana. La canción Wish You Were de Pink Floyd sacude mis huesos.

Nunca me he obsesionado con un objetivo antes, pero llevo toda la semana viéndola con Bill y he sentido cosas que ni siquiera tengo palabras para definir. Lo único que sé es que lo quiero muerto. Él me tiene completamente nervioso, y dudando de mi mismo, tengo que contenerme para no subirme a mi Mustang e ir a la casa de Julie ahora mismo.

¿Qué haría cuando llegara? Yo sé que me gustaría hacerle…lo que he estado pensando en hacer desde el día en que nos conocimos.

¿Qué pasa si Bill está ahí? Me lo imagino haciéndole a Julie lo que yo quiero hacerle y siento una punzada de… ¿celos? ¿En serio?

Pero yo se que él nunca haría eso, ya que solo funcionaría a mi favor. Él no está aquí por el cuerpo de Julie. Él esta aquí por su alma: lo mismo que yo. ¿Y qué pasa si simplemente deja marcada su alma en este momento? Podría acercarme… solo para asegurarme de que no esté allí…

Golpeo mi cabeza contra la pared.

¿Y si él está allí? ¿Qué pasa, entonces?

Me imagino a mi mismo cayendo en picado, como Batman, arrancando su cuerpo medio desnudo de los brazos de Bill solo en el último momento.
Por lo tanto, ¿eso es lo que quiero hacer? ¿Salvarla de un ángel desagradable?

En el silencio de entre canciones, me sorprendo por el silencio de mi propia risa sardónica. ¿Que tiene esa chica? Ella es solo una niña. Nada especial. Solo un objeto .Y el objeto de mis fantasías.

Golpeo mi cabeza más fuerte.

Cierro los ojos y saco su cara de mi mente. La cambio por la de mi jefe, Beherit, el gran Duque del infierno y la cabeza de Adquisiciones. Me concentro en el pensamiento de lo que él me hará si yo fallo, con la esperanza de que el miedo le gane la batalla a mi deseo obsesivo.

Y casi funciona. Siento el miedo frío, negro, como una serpiente que hace su camino a través de mis entrañas cuando imagino a mi mismo de rodillas ante Beherit y el Rey Lucifer, a la espera del juicio. Sin embargo, cambio del temor a la desesperación cuando pienso que si mi existencia termina ahora, yo nunca sabré que se siente al tocar a Julie, al besarla, al estar con ella.

Golpeo mi cabeza contra la pared.

De repente, tengo que saber por qué Julie es tan importante… cuáles son sus planes para ella. Pero no lo sé y nunca lo sabré. Beherit es paranoico y mantiene sus cosas cerca de él.

Golpeo la pared con la parte de atrás de mi cabeza. Concéntrate. Las cosas van bien. Los otros que estaban en Adquisición, no fueron capaces de encontrarla. Yo lo hice. El resto de mi trabajo debería ser fácil, con Bill o sin Bill. Él es solo un pequeño inconveniente menor. Él parece estar en la cima, con la fuerza, con su poder, pero no. El en realidad no puede hacer nada sin volverlo a mi favor. Pero la imagen de él… con ella… así, se arrastra de nuevo en mi cabeza y siento que en mi interior da un vuelco. Cambio la imagen a yo… con ella… de esa manera… y siento otras cosas moviéndose dentro de mí.

Mañana. Yo la tendré mañana.

Me levanto costosamente del suelo y serpenteo al cuarto de baño, donde me quedo mirando a la ducha. ¿Cómo coño funciona este trasto? Giro un grifo y al principio el agua que sale de la pared es genial, pero luego se hace más caliente. Eso es malo. Cierro uno y coloco el otro al máximo. Lanzo mi ropa lejos, y me meto dentro del agua helada.

Céntrate, Tom.

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CONTINUARÁ
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